Una alianza estratégica es un acuerdo entre dos o más entidades que se unen para alcanzar objetivos comunes, ventajas competitivas o ambas que no se alcanzarían por si mismas a corto plazo sin un gran esfuerzo. Así, una alianza estratégica es benéfica ya que obtenemos sinergias al combinar lo mejor de varias instituciones privadas, gubernamentales o internacionales para alcanzar metas y objetivos comunes.
En ámbitos de iniciativa privada, integrar actividades filantrópicas y de responsabilidad social en sus estrategias y operaciones pueden repercutir de manera positiva en la identidad corporativa de su marca o empresa. El desarrollo sostenible solo es posible alcanzarlo si diferentes actores ‑personas, grupos u organizaciones‑ establecen alianzas, se unen en función de objetivos comunes y establecen puentes. Para las redes que articulan organizaciones de desarrollo social las alianzas tienen una importancia vital. La palabra “alianza” proviene del verbo “aliar” que significa unión entre dos o más partes y el concepto abarca tanto la unión en sí como también su resultado. Al ser un acuerdo entre dos o más partes incluye no solo la intención de lograr un objetivo entre varios, sino también la acción a desarrollar y la definición previa de intereses y recursos que cada quien se compromete a aportar para el logro del resultado.
Hay muchos factores que pueden contribuir al éxito de las alianzas: la excelencia de cada una de las partes que integran la alianza, los objetivos de largo plazo, el aporte de cada uno a la alianza, la confianza mutua y el liderazgo creativo que lleva a la innovación, lo cual define una estrategia de “coopetencia” en lugar de la competencia. Esto se relaciona con el concepto de alianza estratégica en la cual dos o más partes se unen con un objetivo de largo alcance. Al final, la alianza prevista en el Génesis parte del “reconocimiento mutuo” y de la identidad humana mediante el reconocimiento del otro con un horizonte de crecimiento para todos.
Depto. de procuración de fondos